El alza en los gastos comunes y la alta tasa de desempleo podrían ser uno de los causantes de esta alarmante cifra. Expertos y administradores de edificios advierten de los riesgos y entregan recomendaciones para evitar dañar la cadena de pago.

Según una investigación realizada por Edifito, un software de administración online de edificios y condominios con más de 4.000 usuarios a lo largo de Chile, la tendencia de morosidad en los gastos comunes de la Región Metropolitana se ha disparado en los últimos meses alcanzando niveles históricos.  

Ya en el comienzo del estallido social, es decir, en el mes de octubre, el porcentaje de la morosidad había subido de un 23,7% a 28,7%. Y si bien en los meses del verano disminuyó esta cifra, la llegada del coronavirus hizo que el 24,1% de febrero se convirtiera en un 27,6% en marzo, y luego en un 33,3% en abril. 

«La evolución del gasto común en los últimos 10 años es de un 30%»

Esta alza en los gastos comunes, que se ha repetido en varios edificios y condominios de la ciudad, más la alta tasa de desempleo por la crisis santiariaJP Morgan cree que el desempleo en Chile ya bordea el 20%– pueden ser las claves del aumento de la morosidad en esta área. 

En Edifito proyectan que en los próximos meses se mantendrá la tendencia de la morosidad en gastos comunes. Asimismo, aclaran que las alzas en los últimos años tienen relación con el aumento en las remuneraciones y costo de los servicios.

«La evolución del gasto común en los últimos 10 años es de un 30%, según el estudio que realizamos en 2019, lo que es entorno a un 3% anual». 

Sobre lo mismo, hacen un llamado a los usuarios a «tener toda la información a mano y poder apoyar al comité en revisar las cuentas y gastos operativos que se realizan, apoyando en la búsqueda de nuevos proveedores, tratando de mejor la gestión de compra».

Por su parte, Patricio Letelier, Property Management Director CBRE Chile,  compañía de servicios inmobiliarios comerciales que cuenta con 530 oficinas distribuidas en todo el mundo, también aclaró que para reducir el valor del gasto común se deben reducir los costos asociados a la mantención de las comunidades sin descuidar las necesidades de limpieza y sanitización: 

«Un plan de optimización de las operaciones ha repercutido inmediatamente en una importante baja en el costo de operar los edificios, lo que a su vez repercute directamente en una baja en los gastos comunes», apuntó Letelier.

El riesgo de no pagar los gastos comunes 

Según Sergio Tricio, académico de Unegocios ygerente general de RUVIX (asesoría financiera independiente), el gran riesgo de no pagar los gastos comunes está en que en muchas ocasiones, dependiendo del reglamento de copropiedad del edificio o villa en la que uno viva, significará tener que pagar variados intereses, multas o incluso el corte de algunos servicios, como por ejemplo el agua caliente. 

Por eso, el experto aconseja que para evitar la morosidad en gastos de viviendaestos no deberían superar el 25% de los ingresos mensuales. «Uno siempre debería atenerse a esa restricción,en donde se incorpora tanto el arriendo como los gastos comunes». 

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